Orígenes y primeros pasos (finales de los 60 y años 70)
La actividad de monoplazas en Chile comienza a tomar impulso a fines de la década de los sesenta. El día 3 de noviembre de 1969 se registró la primera competencia de lo que se denominó entonces Fórmula Cuatro en Chile, organizada por la empresa espectáculos Monza, con 22 autos participantes (incluyendo máquinas llegadas desde Argentina). En esa jornada destacaron pilotos chilenos como Milenko Karlezzi, Felipe Covarrubias Lyon, Eduardo Kovacs y Santiago Bengolea.
Poco después, en 1972, se organizó formalmente el Campeonato Nacional de Fórmula Cuatro, cuyo primer campeón fue José Manuel Salinas, al mando de un Salinas-Fiat.
Esta categoría —una fórmula de monoplazas multimarca, con vehículos construidos por los propios pilotos o talleres locales, y con motores de marcas como Fiat, NSU Prinz o Citroën— se desarrollaba con cilindradas de hasta 850 cc. Con el tiempo, en 1981, ya aparecen motores Renault modificados a 1.020 cc.
Durante esta fase la categoría cumplía un rol de plataforma de promoción para pilotos jóvenes y tuvo relativo auge: la creación de la asociación FOCA (“Fórmula Cuatro y Asociados”) marcó la organización formal de la categoría.
Transición hacia la Fórmula 3 (mediados de los 80)
A comienzos de los años ochenta la categoría de monoplazas en Chile experimenta un cambio estructural: en 1984 se introduce una modificación radical. Los autos pasaron a llevar obligatoriamente pontones laterales (mejora aerodinámica), se adoptó un motor Renault 9 de 1.400 cc y la organización pasó a denominarse FOTA (“Fórmula Tres y Asociados”). En ese momento la categoría se renombró como Fórmula 3 Chilena.
Este cambio implicó un salto de sofisticación técnica, buscando homologar el formato con estándares más “internacionales” y atraer mayor visibilidad, patrocinadores y difusión televisiva.
El periodo entre 1985 y 1987 es considerado la época de oro de la Fórmula 3 chilena. En 1985 la categoría ya desplazaba incluso a otras del automovilismo local de mayor tradición, convirtiéndose en la “categoría estrella”. Las carreras se realizaban en el tradicional autódromo Autódromo Las Vizcachas (Santiago) pero también en circuitos callejeros y bases aéreas, lo que aumentó su espectacularidad. En 1986, por ejemplo, la categoría fue patrocinada por Renault y pasó a llamarse “Fórmula 3 Renault”. Durante estos años, las escuderías contaban con auspicios importantes: Chiletabacos (productos Marlboro, Viceroy, John Player Special), Philishave-Marantz, Whisky J&B, Kodak, Gulf, entre otros.
Detalles del auge: pilotos, equipos, cobertura
Durante esta fase de mayor brillo (1985-87) la cantidad de escuderías, participantes, medios y patrocinadores alcanzó niveles máximos. Por ejemplo, en la temporada de 1985 se disputaron 12 fechas (24 de marzo–22 de diciembre) incluyendo varias en Las Vizcachas, una en la Base Aérea de Quintero, otra en El Bosque, otra en la Base Aérea de El Belloto y una en La Serena (circuito callejero). En total participaron 17 equipos. El campeón fue Giuseppe Bacigalupo, comenzando una saga de títulos que lo convertirán en el piloto más laureado de esta categoría en Chile.
La cobertura televisiva era nacional: las carreras eran transmitidas en vivo por canales como Televisión Nacional de Chile y Canal 11, lo que incrementó la visibilidad de la categoría. El ambiente era de espectáculo: organización cuidada, presencia de marcas principales, lo que la hacía incluso comparable en repercusión con carreras de autos carrosados.
El nivel técnico también avanzó: chasis importados o construidos por especialistas (algunos de la Argentina), motores más potentes, mejores componentes, lo que elevó la competitividad. Por ejemplo, en 1986 la temporada tuvo una fecha en Argentina (en Mendoza) por primera vez.
La entrada de compañías tabaqueras y de consumo masivo como estratégicos patrocinadores marcó un antes y un después: su inyección de recursos permitió mayor profesionalización, estructura de equipos, aminoración de costos para piloto y mayor espectáculo
Inicio del declive y reorganización (finales de los 80 y años 90)
El boom de la Fórmula 3 chilena comenzó a declinar a partir de 1987, tras un trágico accidente el 26 de septiembre, en la octava fecha, que costó la vida al piloto Sergio Santander. Este hecho impactó fuertemente a la categoría: los patrocinadores comenzaron a retirarse, la cantidad de participantes disminuyó (por ejemplo, en 1988 el máximo por fecha fue de 12 pilotos, cuando antes rondaba los 22). Durante ese año la categoría aún consiguió un auspiciador oficial (rebautizada “Fórmula Tres Coca-Cola”) y comenzó la incorporación de pilotos extranjeros (especialmente de Perú) que arrendaban autos nacionales.
Para intentar revitalizar, en 1990 se adoptó la motorización multimarca (el piloto podía elegir motor de cualquier marca hasta 1.400 cc: Alfa Romeo, Nissan, Citroën, Mitsubishi, Volkswagen, Ford, Renault) lo que permitió reducir costos y facilitar ingreso de más equipos.
En 1991 la categoría tenía patrocinio (“Fórmula Tres Denim”) y encabezaba nuevas iniciativas de equipos, aunque la situación financiera ya era más compleja: se corría sólo en Las Vizcachas, con menor dimensión de público y menor cobertura.
En 1994 se lanzó la “Súper Fórmula Tres”, con retorno a motorización monomarca Renault, y bajo la organización de la SODAF (Sociedad de Dueños de Autos de Fórmula). Se realizaron carreras en bases aéreas, circuitos callejeros, colaboración con la fórmula peruana (“Copa Confraternidad Chile-Perú”).
Sin embargo, la tendencia siguió cuesta abajo: la categoría se integró al programa del Club Automovilismo Turismo Carrozado (ATC) a fines de 1994, y en 1996 se unificó con la Fórmula 4 Promocional. Para 1997 la parrilla se redujo a máxima ~12 autos; en 1998 apenas 8 participantes. La categoría entró en un receso indefinido a fines de los noventa.
Intentos de revival, modernización y legado (años 2000 en adelante)
Desde fines de los años noventa hubo varios intentos por revivir la Fórmula 3 chilena, sin mayores éxitos. En 1999, el AutoClub Ñielol reactivó brevemente el campeonato en Interlomas, y en 2004 se creó el Club Fórmula Tres Chilena, que modernizó autos y amplió los circuitos a San Antonio y La Serena.
En 2016 la categoría renació como Fórmula Castrol, con un calendario nacional y ocho fechas planificadas, y desde 2018 recuperó fuerza con transmisiones por CDO y una alianza con la Fórmula Metropolitana Argentina, que ofrecía becas cruzadas a los ganadores.
El gran referente histórico sigue siendo Giuseppe Bacigalupo, múltiple campeón con 11 títulos nacionales, símbolo del legado de estas categorías.